sábado, febrero 09, 2008

Anecdota: A la cuenta de ella

Como ya se me esta haciendo costumbre, no puedo omitir algunas salidas nocturnas ya que de todo lo que nos sucede siempre se puede rescatar algo, así comienzo la narración de la madrugada de hoy, que por cierto aun me tiene con el estomago patas arriba.

Una noche tranquila la del viernes, cuando de repente suena el celular y como siempre uno de mis patas buscando refuerzos (estaba con chicas y necesitaba alguien que pueda con varias XD), y como en realidad no tenia nada que hacer en ese momento accedí (como si me gustara perderme de algo). Así presurosamente fui hacia el centro, y al llegar me di con la sorpresa que él no fue capaz de mantenerlas por el tiempo que me tomaba en llegar... suele pasar... En fin después de dar unas vueltas por el parque, decidimos ir por una copa por lo menos para no clasificarla de noche perdida.

Fuimos a un bar concurrido, y en realidad no paso nada fuera de lo común, unas copas, unos cigarros, algunas chicas, hasta que llego el momento de ir por otros rumbos.

Después de haber comido un panchito al paso para engañar al estomago, entramos a un local donde tocan música boliviana, ritmos de la selva y cosas regionales. Ahí empezó una jornada ya que para sorpresa me encuentro con una amiga a la que no veía hace mucho, así nos invito a su mesa donde estaban algunas de sus amistades. Tras haber tomado unos tragos mas, vimos que la economía del país había golpeado nuestro bolsillo, en pocas palabras estábamos misios =P. Punto donde normalmente uno da por terminada la noche, pero por suerte no fue así, ya que esta chica no tubo reparos en invitarnos la siguiente ronda.

El hecho notable es que normalmente las chicas de la ciudad son mas misias que nosotros, hay la mala costumbre de que siempre los varones somos los que tenemos que pagar todo. Existen unas pocas excepciones donde las chicas suben a nuestro nivel y aportan por igual a la diversión. Pero son muy pero muy raras las chicas que llegan a invitar. Estas cosas me hacen recordar la forma de ser de las chicas en otros países como en USA y Europa, donde no se dejan invitar nada solo para no verse supeditadas al bolsillo de otro o tampoco por el hecho de que no quieren deberte algo (eso se llama independencia). Pensándolo bien se podría hacer una analogía:

Tercer mundo: chicas dependientes, mantenidas, misias
Segundo mundo: chicas están al mismo nivel que los varones, no les gusta sentirse menos
Primer mundo: chicas tratan de estar sobre los varones, muestran superioridad e independencia económica y social.

Luego de que nos invito un trago ahi, fuimos a otro local e igualmente un par de tragos mas, realmente solo queda decir ¡Yan vales un Perú!

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